Cuando descubres que hay una vacante en tu empresa que sería perfecta para alguien de tu entorno, es normal que te surjan dudas sobre qué hacer al respecto. ¿Es conveniente recomendar a un amigo? Esta es una decisión muy personal, pero hay una serie de factores que deberías valorar antes de tomarla.
Porque, siendo realistas, todos somos conscientes de que recomendar a alguien puede ser una experiencia positiva para todos los implicados, pero también podría tener consecuencias negativas para ti.
Tus amigos son personas independientes a ti. Por muy bien que te caigan, tú no controlas su comportamiento ni sabes cómo van a reaccionar frente a determinadas situaciones.
Puede que alguien que conozcas y te caiga muy bien, sea un trabajador nefasto, pero tú no tengas conocimiento de esta circunstancia. Si recomiendas a ese amigo para un puesto, y no es del gusto de la empresa, ya sea como candidato o incluso como trabajador si deciden contratarle, no cabe duda de que tu reputación también se va a ver afectada.
Es por ello que conviene actuar con precaución en estos casos y hacer una pequeña evaluación de la persona en cuestión antes de decidir si recomendarla o no para un puesto.
En primer lugar diferencia a amigos de conocidos. A tus amistades las conoces mucho mejor, sabes cuáles son sus virtudes y cuáles son sus defectos. Con un simple conocido es más complicado que tengas este tipo de información. Por eso, si vas a recomendar, asegúrate de que sea únicamente a alguien a quien conoces bien.
Como decíamos antes, a la hora de recomendar a un amigo debes hacer una pequeña evaluación del mismo para saber si es la persona adecuada para ese puesto. Tendrías que examinar los siguientes factores:
Si después de hacer una evaluación objetiva, decides que el perfil de tu amigo encaja a la perfección con lo que busca tu empresa, puedes hacer la recomendación. Veamos cómo deberías hacerlo.
Cuando te enteras de que hay una buena vacante en tu empresa, y conoces a una persona que encaja a la perfección en el puesto, lo normal es que quieras lanzarte a hacer la recomendación lo antes posible. Pero esto es un error.
Antes de tomar cualquier decisión consúltalo personalmente con tu amigo. Cuéntale cómo es el puesto y cómo se trabaja en tu empresa. Que él o ella decida si de verdad podría interesarle trabajar en el mismo lugar en el que lo haces tú.
Una vez que te dé el visto bueno, ya puedes empezar a dar pasos para hacer la recomendación y que se tenga en cuenta a tu candidato.
Esto es lo primero que debes tener claro. Cada vez más compañías apuestan por el reclutamiento colaborativo, pero todavía hay algunas que no han descubierto sus bondades.
Una buena forma de resolver tu duda sería entrar en contacto con el responsable del departamento que tiene la vacante. Coméntale que conoces a una persona que encajaría bien en el puesto y que te gustaría recomendarla. El responsable te indicará los siguientes pasos a dar. Por ejemplo, que le entregues el CV de tu amigo directamente a él.
Recomendar a un amigo es algo que a todos nos gustaría poder hacer, especialmente si el puesto ofertado es bueno. Pero, en ciertos ambientes de trabajo, esto puede no estar bien visto. Si finalmente seleccionan al candidato que tú has propuesto, hay quién puede pensar que hay un cierto "enchufismo".
Si crees que puede haber cualquier problema de este tipo, antes de hacer la recomendación habla de este tema con tus compañeros más cercanos y pídeles su opinión.
Esto se extiende tanto a tu amigo como a tu empresa. No crees falsas aspiraciones en esa persona que conoces, pero tampoco en la organización.
Está bien que intentes "vender" a tu amigo y demostrar que puede ser el candidato perfecto, pero no le atribuyas habilidades, experiencias o una formación que no tiene. Como la propuesta la has hecho tú, es normal que los responsables de selección te hagan algunas preguntas. Procura no exagerar y, si no sabes algo, sencillamente responde que no lo sabes.
Tu "trabajo" acaba tras la recomendación. Puedes entregar en mano el currículum de esa persona a la que conoces y hablar bien de ella a quienes deben tomar la decisión, pero poco más. A partir de ese momento debes mantenerte alejado del proceso de selección.
Sería un error que acabaran pensando que estás intentando presionar para que la decisión final sea contratar a tu amigo. De hecho, mucha insistencia por tu parte podría perjudicar sus posibilidades de conseguir el puesto, aunque sea un buen candidato.
Trabajar con alguien con quien tienes mucha afinidad está muy bien, pero también puede ser una fuente de distracciones. Por eso, si finalmente tu amigo es contratado y estáis en el mismo departamento, deberéis separar la relación personal de la laboral.
Recomendar a un amigo para un puesto de trabajo puede ayudar a alguien a quien valoras a encontrar un nuevo empleo. Sin embargo, tu reputación está en juego, así que asegúrate de que recomiendas a alguien que de verdad lo merece. ¿Eres tú el que está pensando en cambiar de trabajo? Si es así, podemos ayudarte a lograrlo.