Salario emocional vs. salario económico

Estos son los temas que trataremos:

El trabajo es, ante todo, la forma que tenemos la mayor parte de nosotros de ganarnos la vida. Sin embargo, también es un medio que nos permite desarrollarnos a nivel intelectual. Frente a la creencia clásica de que las personas solo trabajan por dinero, hoy sabemos que esto no es así. Cuando alguien duda entre aceptar o no un empleo, valora mucho más que el tamaño de la nómina. Surge entonces la dicotomía entre salario emocional y salario económico.

Trabajar por algo más que por dinero

La concepción clásica de las relaciones laborales partía de la idea de que las personas trabajan por dinero. La única forma de motivarles para que trabasen más y mejor era ofrecerles un salario superior.

Sin embargo, con la llegada del siglo XXI y el acceso de nuevas generaciones al mercado laboral, esto empezó a cambiar.  Se comenzó a hablar del salario emocional. Un concepto nuevo que, muy pronto, se convirtió en toda una tendencia.

Las empresas se dieron cuenta de que la motivación de los empleados no podía estar basada únicamente en el dinero.

Fueron los directivos, empleados cuyas nóminas suelen ser bastante altas, los primeros que empezaron a rechazar más dinero. Alegaban que valoraban más otras cosas que pudiera ofrecerles su empresa. Por ejemplo, poder disponer de más tiempo libre, o recibir una formación de calidad.

Esta tendencia se extendió hacia abajo en el organigrama de las corporaciones. También los empleados con nóminas más ajustadas empezaron a dar muestras de que valoraban más cosas además del dinero.

¿Qué es el salario emocional?

El de salario emocional es un concepto bastante amplio, porque engloba todas aquellas contraprestaciones que recibe un empleado a cambio de su trabajo y que no tienen un contenido económico.

Es salario emocional el ofrecerle a un empleado la posibilidad de disfrutar de un horario flexible, o de teletrabajar algunos días a la semana. Pero también reconocer sus logros en público.

Todo esto contribuye a que el trabajador sienta más afinidad hacia su empresa. Está más comprometido con la misma y, en consecuencia,  más motivado y es más productivo.

Salario emocional, salario económico y gestión del talento en la empresa

Las empresas tienen problemas para encontrar empleados talentosos. Aunque la tasa de desempleo es alta, hay puestos para los que resulta extremadamente complicado encontrar buenos trabajadores.

Esto genera una gran competencia entre las empresas. Todas ellas quieren atraer a los candidatos más cualificados y lograr que, aquellos a los que ya tienen fichados, no deseen marcharse. El salario emocional se ha convertido en un gran aliado para conseguir este objetivo.

Aunque hablamos de salario emocional y salario económico, lo cierto es que no son conceptos incompatibles. Para que una persona talentosa se interese por una vacante, y para que un empleado no decida irse con la competencia, ambas necesidades salariales deben estar bien cubiertas.

Una nómina muy alta, por sí sola, no es garantía de que quien ocupe el puesto lo haga durante mucho tiempo. Si otra empresa le ofrece un sueldo similar, o incluso un poco más bajo, pero un buen salario emocional, es bastante probable que decida cambiar de empleo.

Por otro lado, si la compañía ofrece un buen salario emocional, pero la nómina no va en consonancia, el puesto no resultará atractivo.

La clave está, por tanto, en ofrecer un salario justo por el trabajo y, además, beneficios de salario emocional.

¿Por qué es tan importante el salario emocional?

Que muchas empresas estén ofreciendo a sus empleados beneficios que van más allá de lo económico, no se debe a una casualidad ni es fruto de una moda. Lo que se busca es crear lo que ya se conoce como «contrato psicológico».

Una nueva forma de entender las relaciones laborales, en la que los empleados se sienten mucho más a gusto en el puesto que ocupan y con su empresa. Tienen menos estrés y más facilidades para equilibrar su vida profesional y personal. Todo esto hace que puedan dar lo mejor de sí mismos. Lo cual les beneficia tanto a ellos como a la empresa.

Un empleado que está contento en su empresa no solo no estará dispuesto a marcharse, sino que se convertirá en embajador de la marca, contribuyendo a atraer el talento

Cómo mejorar el sueldo emocional en una empresa

Brindar oportunidades de crecimiento

Una buena forma de combinar salario emocional y económico es ofrecer posibilidades de desarrollo profesional a los empleados. Que sepan qué, si trabajan bien, tendrán la oportunidad de mejorar laboralmente dentro de la misma compañía.

Generar un buen ambiente laboral

En el ambiente o clima laboral influyen muchos factores. El objetivo es que los empleados se sientan a gusto tanto con el entorno como con los compañeros.

La empresa tiene una gran responsabilidad con respecto al clima laboral. Es responsabilidad suya fomentar la buena relación entre el personal, promoviendo el trabajo en equipo, favoreciendo la relación entre los empleados, e interviniendo para atajar conflictos.

Permitir la conciliación

Cuando se trata de salario emocional y económico, el emocional tiene un peso especialmente importante si hablamos de conciliación. Tanto quienes tienen responsabilidades familiares como quienes no las tienen, desean hacer con su vida algo más que trabajar.

Es importante que el horario laboral permita a los trabajadores desarrollar su vida personal con normalidad. Atender a sus hijos, cuidar de sus mayores, hacer la compra con tranquilidad, asistir a clases de idiomas, ir al gimnasio, etc. 

Lo que buscan las personas es tener calidad de vida. Trabajar para poder vivir y no vivir para trabajar. La empresa puede contribuir a que se cumpla este objetivo. Por ejemplo, racionalizando los horarios, o asegurándose de que todo el mundo se marcha a su hora.

Salario emocional y salario económico: adaptación a cada empleado

No tiene las mismas necesidades económicas un joven que acaba de terminar la carrera y todavía vive con sus padres, que una madre o un padre con dos hijos pequeños, o una persona que está a apenas un año de jubilarse. Todos ellos tendrán expectativas salariales diferentes.

Y lo mismo ocurre con el salario emocional. Mientras que para algunos será muy importante la conciliación, otros preferirán tener oportunidades de desarrollo de carrera, mientras que habrá quien prefiera que la empresa le ofrezca beneficios como subvencionarle el pago de un seguro médico privado.

Por ello, la empresa debe intentar adaptar salario emocional y salario económico a las necesidades de cada persona, dentro de lo que sea posible. Son dos caras de la misma moneda, uno no tiene sentido sin el otro. ¿Quieres un empleo en una empresa que ofrezca un buen salario económico y también emocional? ¡Podemos ayudarte a conseguirlo!

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